:::PRIMERA MANIFESTACIÓN DEL AÑO EN CONTRA DEL ALCALDE:

El antiguo Chachachá, interpretado por Humberto Lozán con la Orquesta Huambaly, allá por los años 50, es el tema que quiere volver a imponer un conocido empresario salamanquino que se atrevió a hacer una protesta pública por deudas que el Sr. Alcalde de Salamanca al puro estilo del Chupete" Suazo ha "chuteado" por bastante tiempo y no ha cancelado. Según los letreros que aparecían en los camiones recolectores de basura, de propiedad del empresario, estacionados en pleno centro de la ciudad en la mañana del día viernes 09 de enero, el monto adeudado supera los noventa millones de pesos por concepto de servicios de retiro de desperdicios ciudadanos y su correspondiente traslado al vertedero de la comuna.Las mentadas "deudas" que no preocuparon mayormente a los electores en las pasadas elecciones, afectan a un nutrido grupo de profesores, proveedores ferreteros, particulares, empresas proveedoras de electricidad, y en este caso, a quien prestó los servicios para que no nos llenaramos de moscas, ratones, murciélagos y otros detestables insectos, bichos o animales, retirando regularmente los residuos que día a día se acumulan en los hogares.Durante la campaña municipal, se escuchó decir al señor alcalde, que prefería tener estas deudas (entiéndase que tener deudas es no cumplir los compromisos adquiridos), y no detener el "progreso de los habitantes de la comuna". El mentado Humbertito, al escuchar estos discursos, se atrevió a no cancelar sus compromisos que tenía con varias casas comerciales por el uso de sus tarjetas de crédito, se atrevió más encima a no pagar la cuenta de luz y agua, no pagó el supermercado ni la farmacia. Les dijo a los cobradores que asaltaron su casa, que siguiendo el ejemplo del alcalde, había preferido darle a su hijitos, todos mayores de 18 años, "chicha y chancho", en otras palabras, "que lo pasaran el descueve" y las deudas... ¡algún día se pagarán, pero no será ahora...!Resultado: Al pobre Humbertito le embargaron sus pertenencias, le cortaron la luz y el agua y los cabros que tenía lo dejaron abandonado, ya que no pudo seguir alimentándoles la sinvergüenzura y la flojera.En Salamanca nos hemos acostumbrado al "Pan y Circo", con una intevención nefasta de una empresa minera que no ha trepidado en tirar "toda la carne a la parrilla", con tal de mantener a un aliado suyo, fiel a su requerimientos, al mando de la comuna.La intervención de las organizaciones sociales, que se han transformado en mendigos de esta empresa, la apropiación de los diversos medios de comunicación que son subvencionados por intermedio de su publicidad, el acostumbramiento de los ciudadanos a que todo evento sea "gratuito", para que después, todos hagamos reverencias y les pasemos la lengua por sus zapatos, es el mal que esta intervención está dejando a los salamanquinos: Nos están envenenando el alma, aparte del agua.Por lo tanto, el señor empresario, debe saber que su deuda seguirá en ese estado, a menos que "los padrinos" se pongan para evitar el escándalo.En fin, se comenta que Gabriel García Márquez tiene pensado escribir un libro con las barbaridades que ocurren en Salamanca, ya que le recuerdan, según sus palabras, al célebre pueblo de Macondo, de su natal Colombia. ¿Habremos llegado a tanto

publicado en www.portalchoapa.cl