lunes, 8 de junio de 2009

Voluntarios de Minera Los Pelambres construyen sueños en Salamanca

Un centenar de trabajadores de la compañía y sus empresas colaboradoras trabajó durante dos días en la comuna de Salamanca construyendo mediaguas en los campamentos Santa Rosa y El Consuelo Alto. De picota y pala en mano llegaron al Centro Cultural Estación de Salamanca los cerca de 100 voluntarios de Minera Los Pelambres y sus empresas colaboradoras que participaron de la capacitación que los introdujo a la construcción de mediaguas, hecho que representó el punta pié inicial para la materialización en terreno del convenio suscrito por la compañía, Fundación Un Techo para Chile y el Ministerio de Vivienda (MINVU), para erradicar los campamentos que aún existen en la Región de Coquimbo. En la región son 700 las familias que aún viven en campamentos. 123 de ellas en la provincia de Choapa entre las comunas de Salamanca e Illapel. Mediante esta iniciativa será posible entregar una vivienda definitiva, de calidad y en barrios integrados a este número de familias que hoy viven en condiciones de extrema pobreza. “El trabajo ha sido maravilloso, no se puede describir de otra manera. Es la materialización de un sueño en Minera Los Pelambres pero también no es solo para la compañía, también personal. Nosotros hemos aclarado desde hace unos años que queremos relacionarnos con la comunidad del valle no solo mirando desde la compañía sino poniéndonos en los zapatos de ella y hoy estamos materializando ese sueño”, relató durante una pausa de su trabajo en el campamento de Santa Rosa el gerente general (s) de Minera Los Pelambres, Francisco Carvajal. Tras participar de las reuniones de coordinación en el marco de la Ruta por Chile, que tiene entre sus objetivos verificar resultados y traspasar a los voluntarios y pobladores la urgencia de trabajar más fuerte y durante más horas para que las 28.000 familias en el país -que aún no tienen un techo digno- puedan cumplir el sueño de la casa propia, el director regional de Un Techo para Chile en Coquimbo, Juan Pablo García, indicó que esta labor conjunta permitirá llegar a diversas localidades de la región.
“Hoy tenemos la oportunidad de trabajar en toda la región, cosa que antes no podíamos hacer y nos concentrábamos en la parte alta de Coquimbo, así podemos llegar a lugares tan alejados como Salamanca, Andacollo, Montepatria y llegar a todos los campamentos de la región. Por otra parte, vamos a poder hacer mejores casas, en definitiva construir mejores viviendas sociales gracias a este mismo convenio”. El trabajo se enmarca en el acuerdo suscrito entre estas instituciones en julio de 2008, en el que se compromete un aporte económico de 60 UF por familia; es decir 42.000 unidades de fomento, que se sumarán a la experiencia y compromiso de los profesionales y voluntarios de la Fundación y la cartera de Estado.
Voluntad para construir esperanzas
Actualmente en Salamanca existen tres campamentos, Santa Rosa con 17 familias; El Consuelo Alto, con 22 familias, y Cerro Chico, donde viven 9 familias. Luis Barraza es trabajador agrícola en Santa Rosa, tiene 25 años y tres hijos. Llegó al campamento en 2003 y hoy piensa que la construcción de su mediagua es parte de los logros obtenidos gracias a su trabajo y representan un salto en su calidad de vida y la de sus hijos. “Para mi es muy bonito lo que hicieron, que nos haya llegado otra casita porque nosotros con la casa que teníamos no nos alcanzaba para toda la familia completa porque eran estrechos los dormitorios y con esto estamos muy contentos y agradecidos. No nos han dejado solos y nos están dejando las casas muy bien”. La construcción de las mediaguas, que forman parte del trabajo que contempla el convenio, se materializó gracias al trabajo voluntario de casi 100 trabajadores –hombres y mujeres- entre gerentes, supervisores y operadores que cumplen funciones en Minera Los Pelambres y sus empresas colaboradoras. El superintendente de Suministro Eléctrico de la compañía, Héctor Palacios, tuvo que retroceder casi dos décadas para recordar el último trabajo social que realizó de manera voluntaria en la Universidad de Tarapacá en Arica: “Ha sido fantástico. Uno realmente se motiva, hacer el trabajo en equipo. Estas oportunidades son excelentes. Es lo que deberíamos hacer todos los chilenos y las personas que estamos en condiciones de hacerlo”. Una opinión similar tuvo Jennifer Diamond de la empresa colaboradora Relsa S.A.: “Ha sido una experiencia enriquecedora. Estamos todos bajo las mismas condiciones. Y la verdad que lo que más nos reconforta es el espíritu de la gente que está muy agradecida y eso llena bastante”.
Nota: David Altamirano

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