Empujado por otro escolar, el afectado golpeó su cabeza contra el suelo y quedó sin aire debido a que el alumno agresor le apretó fuertemente el cuello. El pequeño de nueve años tuvo que ser reanimado por una apoderada que estaba cerca. Eran cerca de las 11.50 horas del pasado 7 de agosto y Camilo (9) se encontraba jugando con sus amigos de curso durante uno de los recreos del Colegio Cerro Guayaquil, de la comuna de Monte Patria. De un momento a otro, uno de sus compañeros lo empuja hacia atrás provocando que el niño cayera encima del cuerpo de otro estudiante, quien al parecer se molestó por lo sucedido. En un dos por tres el estudiante tomó de las piernas a Camilo y lo hizo caer y golpear su cabeza contra el suelo, para posteriormente sentarse en su pecho y apretar con sus manos fuertemente el cuello del niño. El pequeño, sin aire, fue poniéndose cada vez más pálido y terminó con sus dedos y labios azules, razón por la cual intervinieron otros alumnos que estaban observando la pelea, logrando tirarle el pelo del otro escolar como defensa. Sin embargo, la riña fue mucho más allá, ya que el alumno quedó inconsciente en el suelo y debió ser socorrido por una apoderada que se encontraba justo en el lugar, quien le practicó reanimación. Esta situación vivida por Camilo fue reconstruida por su padre, Juan Ríos, quien indagó con algunos escolares sobre lo ocurrido, además de lo dicho por la mamá durante una reunión de apoderados. Una hora más tarde de haber sufrido la agresión, el niño fue trasladado hasta el consultorio de Monte Patria, acompañado de una declaración individual de accidente escolar, que fue entregada al médico que evaluó al menor. Dicha declaración señalaba textualmente que: "en horas del recreo, un alumno fue empujado por un compañero de curso golpeándose la cabeza, lo que le causó una crisis (ojos desorbitados, mirada fija e ido)". Ante dicho informe, el médico tratante sólo diagnosticó una contusión craneana de carácter leve ya que el niño se encontraba bien al momento de ser llevado al centro asistencial. Sin embargo, y de acuerdo con Juan Ríos, el niño durante todo el sábado estuvo decaído y en horas de la madrugada del sábado convulsionó con expulsión de vómitos y defecación, volviendo nuevamente a desmayarse. Una vez en el consultorio fue estabilizado siendo diagnosticado el martes, luego de unos estudios, por el mismo médico que lo vio la primera vez, con un TEC cerrado encéfalo craneano, pasando su estado de leve a mediana gravedad. "No entiendo por qué el informe del colegio señaló que mi hijo sólo sufrió una crisis, si todos vieron que se desvaneció y convulsionó ahí mismo. Si le hubieran dicho eso al médico, podrían haber hecho algo ese mismo día", señaló el padre del escolar, quien además indicó que ya puso en conocimiento a la Dirección Provincial de Educación sobre lo sucedido. Por su parte, consultado al respecto, desde el colegio, Felipe Aros Galleguillos, evaluador del establecimiento, indicó que lo ocurrido sólo fue un juego de niños y no un nuevo caso de bullying. "El colegio hizo lo que tenía que hacer, se le atendió acá y posteriormente se le derivó al policlínico. Nosotros no podemos dar diagnósticos, se informó lo que nosotros vimos en este caso, lo que vieron las personas que lo recibieron, entre las que no estaba yo". Por otra parte indicó que en una reunión con el centro general de padres van a dar a conocer el hecho. En cuanto a Camilo, éste fue derivado al Hospital de Coquimbo para realizarse otro escáner y ser atendido por un neurólogo que determinará los pasos a seguir.
Nota: Patricio Galleguillos
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